Aquella mañana que te vi
Aquella mañana que te vi
Por: Víctor Jesús Guillén Baca. México.
Aquella mañana que te vi
estabas alisando tu cabello con tu mano delicada,
tu cabello negro
tu cabello sedoso
tu cabello bello.
Y estabas sonriendo feliz
alegre de ser joven y bella
joven y bella, bella como una flor.
Eres una flor
una flor del campo florido,
siempre me gustaste
por tus frases misteriosas
y esas caderas grandes y firmes
no se contoneaban
se contoneaban y me invitaban
a sentarme contigo
a platicar de libros y música
en las islas,
bajo aquel gran árbol frente a rectoría.
Y te miraba embobado
y sonreías alegre
alegre de ser joven y bella,
con el viento envolviendo tu pelo
dulce y fresco
y negro
y sedoso.
La mañana era fresca y soleada
entre el verde de los pastos,
y te miré y te amé para siempre.
Febrero 2017