Di mi juventud a Cristo.
Di mi juventud a Cristo.Por: Víctor Jesús Guillén Baca. Misionero. México.
Di mi juventud a Cristo
Di mi juventud a Dios,
jamás me arrepentiré
de haberlo servido.
Di mi juventud a Cristo
y no digo que bien.
Di lo mejor de mí,
mi Vida misma.
Sufrí, lloré por su causa,
pero mil veces fui feliz,
y no digo que no fallé,
mas acerté al ciento por uno.
Fui por un alma si podía,
a más de uno alcancé.
No puedo jactarme por ello,
hice lo que tenía que hacer.
Pagué un alto precio
por servirte Jesús,
y casi muero en la empresa,
pero ahí estuviste Tú.
Recorrí montes y valles,
selvas, desiertos, montañas,
ciudades y pueblos,
buscando sólo a uno más.
Fue muy triste el rechazo
de quienes no comprenden
que eres real y en tu amor
salvarlos quieres para Ti.
Pero el gozo sin igual
de ver un alma renacer
fue incomparable
una y otra vez.
Yo sólo pude mi Patria recorrer
y de haber podido, a China,
la India o Sudán, tal vez a España
me hubiera ido.
Pero el Señor dijo: México.
"Heme aquí, Señor, envíame a mí",
dije, y sólo sé que en una cápsula
del tiempo entré.
El tiempo se convirtió
en el tiempo de Dios.
Pasó rápido, como un suspiro,
cuando vi el espejo, era ya un hombre.
Y pude comprobar, oh, jóvenes,
que el Señor es Fiel,
pues cada día comí calientito
y dormí en lugares seguros.
Di mi juventud a Jesucristo
y hoy no soy rico,
pero enriquezco a muchos
con el Tesoro de Cristo.
Fue un aprendizaje duro, lo sé,
y aún sigue más duro todavía;
que el Señor forme su joya,
de este barro un diamante.
Fui joven e inexperto,
pero atendí al llamado del Señor
y lo seguí.
Hoy lo sigo todavía y quiero más.
Joven y señorita queridos,
también a ustedes les digo:
Cuando escuchen su llamado,
respondan: "Aquí estoy, Señor".
Querido Señor Jesús,
Heme aquí, envíame a mí.